Creadora y editora de So Good So Cute Magazine y…
Conocemos multitud de historias inspiradoras sobre la puesta en marcha de nuevos negocios, pero pocas son las empresas que comparten su proceso de cierre y, mucho menos, aquellas que son capaces de convertirlo, en lugar de un fracaso personal, en un aprendizaje colectivo.
Y eso ha sido lo que precisamente a hecho Alfonso Onorato con su empresa de camisas sostenibles, ESGOA, la cual, tras tres años de funcionamiento, bajó la persiana para siempre el pasado mes de diciembre. Pero no lo hizo de cualquier forma, y es que ESGOA vinculó su cierre a una campaña de comunicación en la que, entre varias iniciativas, se invitaba a personas que hubieran “fracasado” en sus emprendimientos, a compartir su experiencia y convertirlas en un aprendizaje colectivo para empoderar a futuros emprendedores y emprendedoras. ¿No os parece interesante la iniciativa? A mí me gustó tanto que decidí contactar con Alfonso para que me contara todo lo aprendido de viva voz. Aquí, nuestra conversación, que espero que inspire a muchas otras personas que ahora mismo se encuentran emprendiendo, y más concretamente realizando emprendimiento sostenible.
– Alfonso, empecemos por el principio. ¿De dónde viene tu interés en la moda sostenible?
En realidad surge de tocar fondo. Tras terminar ADE en la Autónoma de Madrid, tuve la suerte de entrar a trabajar en una consultoría de negocio, con un sueldo más que respetable y bastantes privilegios, pero a los pocos meses me empecé a sentir vacío, perdido. Entonces hice unas formaciones en la Fundación López Quintás, empecé a meditar, a mirar hacia dentro y me di cuenta que no estaba donde quería estar. Eso, sumado a mi vocación de “servir”, me hizo dar cuenta que quería crear un proyecto de emprendeduría social. Así que lo dejé todo y salté al vacío.
– Muy arriesgado, ¿no?
Sí, y aunque no me arrepiento, precisamente éste es uno de los aprendizajes que me ha dado esta aventura, el de no dejar al 100% el trabajo que te da de comer, para emprender. Recomiendo no jugársela toda a una carta.
– ¿Y qué más has aprendido?
Pues muchísimas cosas. De entrada, qué significa moda sostenible. Yo me metí en este negocio sin saber apenas nada.
– ¿Y por qué elegiste entonces moda sostenible?
Cuando decidí emprender socialmente, hice un listado de todas aquellas cosas que me gustaban. En la lista había el tema de las camisas, me encantan. Mis amigos me dicen que solo me falta dormir con una. Empecé a investigar el sector de la moda e hice un curso en Cursea sobre moda y lujo y pensé en crear una firma de camisas que dedicaran una porcentaje de las ventas a ONGs, pero me faltaba la panta ambiental, así que seguí investigando hasta que llegué a comprender que solo puede ser sostenible aquella prenda que respecta el medio ambiente, se produce lo más localmente posible y respeta a las personas involucradas en el proceso de producción. Y así nació ESGOA, camisas realizadas con algodón orgánico GOTS y confeccionadas en talleres sociales de Madrid. Además, decidí que, como la camisa era símbolo de empoderamiento, por cada 30 camisas vendidas, haría una formación gratuita sobre autoestima y empoderamiento a jóvenes que lo necesitaran. El proyecto me parecía perfecto.
– ¿Y qué pasó?
Pues supongo que el mercado todavía no está del todo preparado para pagar más por camisas hechas de manera sostenible, tampoco tenía los recursos necesarios para hacer una campaña de marketing que me ayudara a potenciar las ventas y, lo más importante, creo que no era mi momento, algo en mi interior me decía que ahora no era mi momento para emprender, que todavía podía aportar mucho y aprender muchísimo, en un trabajo por cuenta ajena pero que esta vez sí, llenara mi parte más social. Eso, sumado a la Covid-19, me hizo tomar la decisión de cerrar.
– Y entonces decidiste cerrar por todo lo alto.
Por todo lo alto no era la intención, pero no quería esconderme y, además, quería que mi experiencia sirviera de aprendizaje para otras personas. Por ello hice un video en IGTV en el que, bajo el título de “Soy un fracasado”, explicaba la experiencia y concluía diciendo que en realidad no era un fracasado, ya que no hay fracaso si hay aprendizaje.
– El video se convirtió en viral.
Sí, 20.000 visitas en nada. Y muchísimos comentarios de personas que explicaban su experiencia de “fracaso” y sus aprendizajes.
– Y tú ¿qué has aprendido de la experiencia?
Yo he aprendido que es bueno compartir con los demás y que la vulnerabilidad y el amor están por encima de todo. Que gracias a los fracasos se camina hacia el éxito, y que al final tenemos que hacer las cosas que nos mueven por dentro.
– Y a nivel más práctico, ¿qué le dirías, tras tu experiencia, a una persona que está emprendiendo en moda sostenible?
No soy nada para dar consejos. Es más, quizás solo debería decir lo que no deben hacer, jeje.
Pero creo muy importante escucharse, respirar profundamente y hacer aquello que te gusta y que te llena. También, como te comentaba, que no lo dejen todo por emprender. Quizás el sector no está del todo maduro y es bueno ir teniendo unos ingresos que te permitan vivir mientras vas creando tu proyecto. Yo siempre digo que aunque te pases el día trabajando en una oficina, si cuando llegas a casa a las ocho de la tarde te pones a tocar el piano con pasión, eres pianista, aunque no vivas de ello.
Naturalmente, también es muy importante la constancia. Si tu brújula interna te dice que continúes, aunque la razón te diga que no, tú continua. Yo dejé de continuar porque mi interior me dijo que parara.
Y ese es, precisamente, mi último consejo, aprender también a parar de vez en cuando, escucharse y ver si estamos yendo por donde queremos ir y como queremos ir.
– Y ahora, más a título personal, me interesa saber si crees que tu generación es tan sensible como tú por lo que respecta a la sostenibilidad y el consumo responsable.
Creo que los y las jóvenes cada vez valoramos más estos aspectos en la hora de tomar decisiones de compra, pero quien realmente lo tiene claro es la generación siguiente, los que ahora tienen menos de 20. El problema es que su poder adquisitivo todavía no les permite influir realmente en el mercado. Por lo que creo que cuando estas y estos jóvenes tengan poder de decisión de compra, llegará el cambio real. Hemos pasado de la era de la información a la del conocimiento. Y pronto llegará la de la conciencia. También es muy interesante porque estos jóvenes serán quienes estarán detrás de las empresas de aquí a no muchos años y tomarán decisiones ne función de sus valores y conciencia.
– ¿Y en qué estás ahora?
Pues ahora mi objetivo más inmediato es incorporarme a una gran empresa para poder aportar mis conocimientos y energía a su departamento de sostenibilidad o Responsabilidad Social Corporativa. Tengo ganas de crecer junto a una corporación y ver cómo, mi granito de arena, la convierte en una organización más comprometida.
Muchas suerte Alfonso, aunque tras esta conversación, estoy convencida que la suerte la tendrá la empresa que te fiche.
A Veces se Gana – A Veces Aprende: Las grandes lecciones de la vida se aprenden de nuestras perdidas, de John C. Maxwell
John Maxwell cree que las mayores lecciones que aprendemos en la vida son de nuestras pérdidas. Todo el mundo experimenta pérdida, pero no todos aprenden de la misma. En A veces se gana – A veces se aprende, el Dr. Maxwell explora las lecciones más comunes que aprendemos cuando experimentamos la pérdida y explica cómo convertir un revés en un paso adelante mediante el examen de los once rasgos que conforman el ADN de los que aprenden.
Creadora y editora de So Good So Cute Magazine y co-fundadora del Club So Good. Edirora de la sección Tendencias sostenible en La Primera Pedra de RAC 1. Periodista especializada en moda, sostenibilidad y responsabilidad social. Co-fundadora de la Asociación de Moda Sostenible de Barcelona. Primera bloguer de moda sostenible en lengua española. Desconecta pedaleando.