¿Te has preguntado alguna vez cuántas personas, cuánta maquinaria y, sobre todo, cuántas horas han sido necesarias para que tú vistas una camiseta básica de algodón? La semana pasada tuve la suerte de poder ver, en directo, uno de las múltiples pasos necesarios en este proceso: el de trasformar algodón en hilo.
La experiencia fue posible gracias a la invitación de Organic Cotton Colours, proveedor de algodón 100% orgánico a Filats Gonfaus (Puig-Reig, El Berguedà, Catalunya), la fábrica en la que el fundador de la empresa, Ángel Sánchez, confío hace 25 años para hacer las primeras pruebas de hilado de algodón color, y en la que hoy Santi Mallorquí, nuevo propietario, sigue confiando para hilar la primera producción de algodón 100% orgánico procedente del Brasil que tanto sudor y tantos esfuerzos ha costado.
Los tres colores de algodón color 100% orgánico de Organic Cotton Colours
Y es que el motivo de la invitación de Organic Cotton Colours a Filats Gonfaus fue para ver cómo se hila la primera partida de algodón 100% orgánico color de Organic Cotton Colours procedente de las plantaciones que la empresa tiene en Brasil y en la que participan más de 450 agricultores y sus familias bajo el sello OCCGuarantee o, lo que es lo mismo, que los agricultores son los propietarios de la tierra que trabajan y a los que Organic Cotton Colours asegura su estabilidad garantizándoles la compra de todo el algodón que produzcan a un precio justo.
El primer paso del proceso es limpiar mecánicamente el algodón para separar las impurezas (hojas de café, de tabaco, tierra, etc.)
Aunque el título del post puede inducir a errores, no voy a explicar aquí todo el proceso del hilado del algodón, ya que este post se convertiría en eterno e impreciso (¡imposible volcar toda la información recibida!) ; pero sí quiero expresar lo alucinada que me ha dejado ver la cantidad de maquinaria, personas, pero, sobre todo, tiempo que es necesario para transformar una fibra –en este caso el algodón- en un hilo: limpieza mecánica del algodón para librarlo de impurezas, aplanado para ordenar los filamentos, hilado con maquinaria industrial capaz de detectar la más mínima irregularidad, vaporización para asegurar la correcta humedad (y calidad) del producto; empaquetado, etc.
Tras limpiar el algodón es necesario alinear las fibras y, cuando se necesita máxima calidad, quitar las hebras más cortas
Este post, en realidad, quiero que sea una reflexión acerca del poco valor que damos a las prendas que llevamos, y es que tras vivir en directo todo el proceso de hilatura todavía me cuesta más de entender –si cabe- cómo una camiseta básica de algodón puede costar menos de 5 € en según qué tiendas. ¡Pero si sólo el cultivo del algodón y el hilado ya lo deben valer!
(foto: Joan Subirats)
No sé cómo son los campos y las fábricas en las que se cultiva y se hila el algodón de estas camisetas, pero supongo que las condiciones sociales y ambientales no deben tener nada que ver con las de los de Organic Cotton Colours en Brasil ni con las de Filats Gonfaus en el Berguedà. Precisamente en un momento de la visita, Joan, segunda generación de propietarios de Filats Gonfaus, comentó que ha sido esta especialización y excelencia en el trabajo lo que les ha permitido sobrevivir a la feroz competencia de los países asiáticos, donde actualmente están hilando la mayoría de fibras que vestimos.
Algunas de las máquinas necesarias para transformar el algodón en hilo. Marca Marzoli
En resumen: yo ya sabía que el proyecto de Organic Cotton Colours era una pasada (te hablé de él en Algodón orgánico a metros), pero ahora, tras ver cómo se hila su algodón, soy fan absoluta. Además, la visita a la hilatura me ha recargado las pilas para apoyar y defender más que nunca la producción local, y es que es un auténtico privilegio económico, social, ambiental y cultural tener una fábrica con Filats Gonfaus tan cerca. Ojalá algún día puedan volver a reabrir todas las otras que nos fuimos encontrando de camino en las diversas colonias textiles de la zona.
Foto con los compañeros de visita. Seguro ves caras conocidas 😉 (foto: Joan Subirats)
Muchas felicidades al equipo de Organic Cotton Colours por lo que estáis consiguiendo: demostrar que es posible que los proveedores textiles pueden ser sostenibles social, ambiental y económicamente. Y que todo ello se puede hacer con una enorme sonrisa en la cara.
El resultado final del proceso son bobinas de hilo. Listas para tejer. Increíble transformación de producto, ¿verdad?
Muchas gracias Filats Gonfaus por abrirnos las puertas a una fábrica única y explicarnos con tanto detalle todo el proceso de producción.
Y muchas gracias Santi por permitirme vivir en primera una experiencia única e un entorno inigualable. ¿Para cuándo la visita a la tejeduría? 😉
(foto de portada: Joan Subirats)
Fue un placer de jornada compartida y el día acompañó absolutamente. Por supuesto, esperamos una segunda parte en la tejeduría ;). ¡Hasta pronto!
¡Qué pasada, Sònia! Me ha encantado ver estas imágenes 🙂
Un besazo.
Me encanta conocer estos procesos! Qué suerte tienes de verlos desde cerca y poder darlos a conocer!