Aunque las previsiones de consumo están algo frenadas por la inflación y la incertidumbre económica, noviembre y diciembre son meses de consumo loco y desmesurado. ¿Las principales razones? La campaña de Navidad y, en los últimos años, el Black Friday. Y es que según un estudio de American Express, el 70% de la población española adelanta sus compras navideñas a finales de noviembre, coincidiendo con los descuentos vinculados al «viernes negro». Pero… ¿comprar en Black Friday supone realmente un ahorro? Seguramente, no. Y es que en muchas ocasiones estos descuentos nos hacen consumir más de lo que realmente necesitamos. Según la OCU, el año pasado un 19% de las consumidoras y consumidores gastaron más de lo que habían planeado, y un 13% declaró haber comprado en Black Friday cosas que no le hacían falta.
Por todo ello, creemos que es importante dar algunos consejos básicos para sobrevivir a este periodo con la mayor dignidad posible, intentando evitar las compras irracionales e innecesarias, esquivando los falsos descuentos y, sobre todo, aprovechando el momento para avanzar, más que nunca, hacia una vida más sostenible, más consciente y más feliz.
«El 70% de la población española adelanta sus compras navideñas al Black Friday».
1. Haz una lista con las cosas que realmente necesitas
Y cíñete a ella. Es la única manera de evitar compras compulsivas. También es muy útil añadir a tu lista el presupuesto máximo que quieres gastar en cada ítem. Para establecer correctamente este presupuesto, antes de ir de compras deberás hacer un poco de investigación de cuál es el precio de mercado de cada ítem.
2. Sé tú realmente quien se beneficia de los descuentos y rebajas
No se trata de no aprovechar los descuentos y promos existentes, pero asegúrate antes de comprar que realmente el descuento es tal y corrobora que el producto está en tu lista. Sería ideal que antes del Black Friday (o cualquier periodo de rebajas), pudieras registrar el precio de los productos que querrás comprar. Y es que, te lo creas o no, muchas marcas hacen ver que aplican descuentos a sus productos cuando en realidad mantienen precios y, en ocasiones, incluso los icrementan. la borrachera de las ofertas nos hace pasar por alto malas praxis de este tipo.
3. Una compra, un voto
Puede paracer muy marketiniana esta frase, pero es así. Cada vez que compras algo, decides cómo quieres que sea el mundo en el que vivirás en el futuro y lo harán las próximas generaciones: ¿quieres tiendas de barrio o solo grandes superficies?, ¿quieres comercio diverso o solo cuatro grandes marcas que lo dominen todo?, ¿quieres comercios abiertos o solo furgonetas de reparto? Quizás te tocará pagar algún euro más por un mismo producto. O dar una vuelta más en lugar de hacer un clic. Pero piensa que la calidad de vida no solo viene determinada por la comodidad y la rapidez. Así que ya sabes, prioriza modelos de negocio que van contigo, y que quieres para tu vida.
4. Regala experiencias y no bienes
Hoy día tenemos prácticamente de todo, y muchas veces acabamos regalando por regalar. Si aquella persona a la que quieres hacer un regalo no necesita nada realmente, ¿por qué no piensas en comprarle una experiencia? Y, mejor aún , si es algo que podáis hacer juntos: una cena, una fin de semana, un tratamiento de belleza, una clase de yoga, un espectáculo, un curso o taller. Las opciones son infinitas y, te prometo, que será algo que nunca olvidará. Y es que compartir tiempo es, obviamente, el mejor regalo. Nuestra propuesta, por supuesto, es que regales una membresía al Club So Good. Y te regales otra para ti.
5. Menos casi siempre es más
A menudo acabamos comprando algo más, por si a caso: un regalito extra para que hago “bulto”, un adorno más por si queda pobre; un jersey más, por si a caso. ¿Y qué acaba pasando? Que ese “por si a caso”, se queda allí, para siempre. Y es que realmente no lo necesitabas. Por ello tu lista te irá tan bien, porqué evitará que se te vaya la pinza y llegues a casa pareciendo, nunca mejor dicho, un árbol de Navidad.
6. Lo barato a menudo sale caro
Y ésta es la típica profecía que parece solo puedan permitirse aquellas personas con dinero, pero es que es así. ¿O a caso nunca te ha pasado de comprar la opción más barata y acabar teniendo que ir a por la más cara? Ni mucho menos significa que lo caro sea lo mejor, pero sí que si compras algo por debajo del precio de mercado (o que el sentido común te marca), acabarás arrepintiéndote. Además, recuerda que sí no eres tú quien paga ese precio justo, hay otra persona, en otro lugar del mundo (y seguramente muy lejos de tu casa), que lo está pagando a costa de tener un sueldo más bajo y malas condiciones laborales. Y eso, nos sale muy caro a todos y todas.
Para saber más
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