Dos años largos de blog y ahora me doy cuenta que todavía no había hablado de El Naturalista, la marca de zapatos más internacional del panorama español que más tiempo lleva dando pasos hacia la sostenibilidad. ¿Te apetece conocerla?
El Naturalista nace en La Rioja en el año 2003 de la mano de un grupo de personas con una apuesta clara: crear un producto diferente, cómodo, colorido, divertido, pero, sobre todo, capaz de transmitir valores mediante un importante componente social, ambiental y sostenible.
Y vaya si lo han conseguido. Y es que hoy, poco más de diez años después, El Naturalista ha demostrado que se puede ser rentable en la industria de la moda (en este caso el calzado) con un modelo de negocio orientado a la sostenibilidad y que ellos han sintetizado en “El modelo de las 3P: persona, planeta, producto”, tres elementos que a la hora de tomar cualquier decisión estratégica la empresa siempre tiene presentes.
Por lo que respecta a la producción, El Naturalista fabrica el 100% de sus zapatos en centros propios, ubicados en La Rioja (España), con una fuerte tradición zapatera y en Tánger (Marruecos), algo que les permite controlar perfectamente la calidad del producto pero también las políticas laborales y sociales de los centros de trabajo, además de ofrecer una gran agilidad a la hora de innovar. Por lo que respecta a los proveedores, todos son de proximidad –concretamente españoles-, lo que facilita la transparencia, el control y seguimiento y, naturalmente, minimiza la huella de carbono.
¿Cómo se fabrica un zapato de El Naturalista?
En relación a los materiales, desde sus inicios El Naturalista ha procurado la mayor respecto por el entorno y en cada nueva colección presenta innovaciones en este sentido. Ya en la colección SS2015 incorporó nuevos materiales como el bambú, fibra ecológica que ofrece mayor transpirabilidad, absorción y cuenta con propiedades anti-bacterianas naturales, así como una línea vegana –a la que precisamente pertenecen los zapatos que luzco en el post-.
En la colección AW 2015 –que llevo días ojeando- podemos encontrar además fieltro hidrofugado, un tratamiento eco-sostenible que aporta al tejido de lana natural de oveja un alto nivel de impermeabilidad; o forros de piel sin cromo de producción eco-sostenible que además de evitar alergias permiten reducir el consumo de electricidad, agua, gas, productos químicos y la emisión de CO2 a la atmósfera. ¡La caña!
Camiseta: Susi Sweet Dress. 70% algodón, 30% poliester. Made in Spain.
Jeans boyfriend: H&M.
Botín El Naturalista: Croché Black de la línea vegana. Bambú.
Anillo Forest Ring: RebelRoot.
Precisamente por lo que respecta al uso de la piel, desde sus inicios El Naturalista trabaja la piel de manera manual y únicamente con aquella que procede de animales para el consumo humano. Me gusta mucho la claridad en cómo hablan de este tema –muchas veces delicado- en su web: “Nuestras pieles provienen de reconocidos productores y tenerías europeas siempre observando la normativa europea, y aunque llevamos a cabo auditorías periódicas a nuestros proveedores es muy difícil saber el origen de todas las pieles, pero podemos asegurar que no proviene de explotaciones ganaderas en zonas deforestadas del Amazonas”. Una muestra de transparencia y humildad que a mí entender dice mucho acerca de cómo la empresa vive estos temas.
El tratamiento de la piel en El Naturalista
Iniciativas comprometidas en contrarrestar los efectos del cambio climático, implicación en proyectos tecnológicos orientados a la innovación en materiales más sostenibles y al consumo sostenible y políticas de bienestar social y laboral son otros elementos que hacen de El Naturalista una empresa puntera en cuanto a moda sostenible se refiere. Además, y tras apoyar a la organización desde su creación, este año El Naturalista ha pasado a ser socio de hecho de Moda Sostenible Barcelona, entidad pionera en el Estado español de promover una moda más consciente. Chapó.
Pero seguramente lo mejor de El Naturalista es que todo esto lo ha llevado a cabo con un tremendo gusto estético y una muy interesante estrategia de comunicación y marketing que a día de hoy le permite estar presente en los escaparates de las principales zapaterías de 40 países del mundo. Sin ir más lejos, este verano que pasé en Londres las tiendas de calzado más cool de la ciudad tenían la firma en primera línea. Y yo, naturalmente, triunfé un montón paseándome por La City con mis Croché Black de la línea vegana que te enseño en el post de hoy en unas fotos que me hice esta semana pasada en una Barcelona que todavía está en modo verano pero por la que pronto tendré que caminar con calzado de Invierno. Tú, ¿qué modelo de la colección AW2015 te quedarías? Yo, todavía estoy dándole vueltas. ¡Difícil elección! Cuando me haya decidido, te aviso, aunque me encantará recibir tus recomendaciones.
¡Preciosos! A mí también me encanta la marca, Sònia 🙂
¡Soy muy fan! También tengo ganas de escribir de ellos hace tiempo porque me encantan como empresa y amo sus zapatos. Este verano he lucido un par de ellos casi sin descanso, jeje. ¡besos!