Vivimos un momento intenso. Un momento que nos está retando de muchas y diversas maneras: cambios, desinformación, miedo, prohibiciones, diversas fuerzas que tiran de nosotros en muchas direcciones. Todo se vive magnificado: el exterior, y también, nuestro interior.
Sí, ese interior al que antes quizás no le hacías demasiado caso ahora te puede estar zarandeando de arriba a abajo. ¿Te suena? Y es que ante momentos convulsos, esa conexión con nosotros y nosotras mismas, con nuestras emociones, con nuestros valores, con nuestras prioridades, se torna todavía más importante para mantener el equilibrio y no perderse.
«Ante momentos convulsos, la conexión con nosotros y nosotras mismas, se torna todavía más importante para mantener el equilibrio y no perderse»
Porque vaya rango emocional que estamos descubriendo en nosotros. ¡Madre mía! La vida antes de la covid-19 parece ahora plana emocionalmente comparada a lo que estamos viviendo. Increíble todas las emociones que hay en el ser humano. Y qué interesante es vivirlas, descubrirlas y navegarlas. Cuánto crecimiento, cuánto conocimiento. Qué bonito sentir. Porque este sentir nos está dando pistas de qué queremos, de qué no queremos, de cómo queremos que nos traten, de qué es lo importante en la vida, en nuestra vida. Nos ayuda a poner límites y nos da una brújula de hacia dónde queremos ir. Sólo hay que saber entender ese sentir. Y esa es mi invitación para ti.
«Te invito a que recojas todas tus emociones, que conectes con ellas y que entiendas por qué están ahí»
Te invito a que recojas todas tus emociones, que conectes con ellas y que entiendas por qué están ahí. Cada emoción tiene una necesidad detrás que quiere ser satisfecha. Si sientes frustración, quizás hay una necesidad de libertad, o de que te traten con respeto. Si sientes miedo, quizás hay una necesidad de seguridad. Si sientes rabia quizás hay una necesidad de certeza. Investiga qué necesidad hay detrás de cada emoción para entenderla y ábrete a sentirla, es lo que te hace una persona humana y es lo que nos une a todos los humanos.
«Mi segunda invitación es a que encuentres dentro de ti lo que no puedes encontrar fuera»
¿Me dejas ir un paso más allá? Porque ¿qué pasa cuando, como ahora, el exterior seguramente no está cubriendo estas necesidades? Mi segunda invitación es a que encuentres dentro de ti lo que no puedes encontrar fuera. Por ejemplo, ¿cómo puedes darte tú esa seguridad que necesitas? Quizás puedes poner límites a las noticias que lees y que te inundan de miedo. ¿Cómo puedes encontrar la certeza dentro de ti? Quizás puedes agradecer lo que sí existe ya en tu vida. ¿Cómo puedes darte tú ese respeto? Quizás puedes hablarte mejor internamente. ¿Cómo puedes darte más libertad? Quizás puedes decir más que no a lo que no quieres y más que sí a lo que sí quieres.
Conectar de esta manera y unir emociones con necesidades y de ahí buscar fórmulas para cubrir esas necesidades te dará más equilibrio en tu día a día y podrás tomar decisiones que te beneficien. Además, cuando una emoción se siente escuchada baja de intensidad. Y es que las emociones están para eso, para traernos un mensaje sobre cómo el exterior nos afecta en nuestro interior, y que así podamos aprender a vivir más alineadas y alineadas con quien somos y lo que queremos. ¡Las emociones son nuestras amigas!, de verdad :).
«Unir emociones con necesidades y de ahí buscar fórmulas para cubrir esas necesidades te dará más equilibrio en tu día a día»
Y además ¡hay un bonus en todo esto! Porque cuando conectamos desde nuestras emociones y necesidades es más fácil que conectemos con las de las demás. Todas las personas necesitamos sentirnos seguras, libres, respetadas y tener cierta certeza en nuestras vidas. Lo único que nos diferencia es como intentamos cubrir cada una de esas necesidades.
Hay personas que buscan certezas y al ir a internet las consiguen a través de fake news. Hay personas que quieren sentirse seguras al 100% y casi ni salen de casa. Hay quien quiere sentir ese respeto o libertad y chilla para reclamarlo. Si nos hemos abierto a nuestras emociones y hemos entendido nuestras necesidades será más fácil que seamos tolerantes con como las demás personas tratan de calmar ese clamor interno que tú también sientes.
Así es que te animo a que conectes con tus emociones y tus necesidades, las tuyas y las del mundo, en toda su variedad, en toda su complejidad, en toda su fealdad y belleza. En todo su rango. Y que aprendas de ello para salir más conectado o conectada con quien eres y con toda la humanidad. ¿Qué mejor regalo puede traer este momento?
